
Hace varios meses conocí a una terapeuta infantil. Parte de su trabajo es enseñarle a los niños a despedirse de la mierda. Si. Despedirse de la mierda. Esfínteres 1 y Esfínteres 2 son los niveles de educación donde los niños aprenden a controlar sus necesidades fisiológicas. Mientras hablaba con esta educadora, aprendí que parte de este método es aprender que desechar la mierda. Si tan solo a mí me hubiesen enseñado a hacerlo.
No profundicé mucho sobre el cómo porque la sorpresa ante estos nuevos conceptos me dejó anonadada. Meses después, aquí me encuentro reflexionando —y escribiendo sobre la mierda.
Instrucciones para sacar la mierda
- Reconozca que la mierda es un resultado de causa y efecto. Es un proceso natural de ingestión/digestión.
- Recuerde que ningún organismo vivo es capaz de absorber todo lo que ingiere y, por lo tanto, todo aquello que no aporte nutrientes ni oportunidades para crecer debe ser prontamente desechado. Un organismo saludable evacúa diariamente.
- Entienda que la mierda no está afuera en el mundo. No, el mundo, la sociedad, su trabajo, no son la mierda. La verdadera mierda está dentro de usted.
- La mierda ocupa espacio en su interior, reconozca que al no contar con nutrientes, es un espacio ocupado y sin valor, es un espacio lleno de —mierda.
- Respire. Reconozca las señales en su organismo que le indiquen que es hora de soltar y evacuar.
- Relájese. Muchas veces puede ser complicado dejar ir la mierda, lo que puede llevar a un proceso de constipación, pero recuerde que más que una incapacidad para evacuar, se trata de un bloqueo en el proceso de soltar y dejar ir todo aquello que no es constructivo para usted.
- Rechace los atajos, medicamentos y cualquier otro menjunje que le asegure ya sea una tapazón o una descongestión. Ningún atajo es verdaderamente efectivo y únicamente puede propinarle una descompensación. Lo que nos lleva al siguiente punto:
- Respete su tiempo. Recuerde que dependiendo de lo que haya dejado entrar en su organismo, así puede ser complicado o fácil el proceso de soltura y evacuación. Dese el tiempo necesario para poder sacar todo aquello que le roba espacio y vitalidad. Más vale mierda afuera que putrefacción interna.
- Evacúe diariamente. Aún cuando considere que no hay nada que evacuar, tómese su tiempo para sentir su organismo y deseche todo aquello que le incomode, que no le permita crecer o que simplemente le robe espacio para su felicidad.
- Finalmente, vea la mierda fuera de usted, tire de la cadena, deje el agua fluir y sonría, ¡Adiós, mierda!.